DONAR ORGANOS ES DAR VIDA

No pienses en la donación de órganos como ofrecer una parte de ti para que un desconocido pueda vivir, es en realidad un desconocido que dona todo su cuerpo para que una parte de ti pueda seguir viviendo; esta frase al encontré un día en unas fotografías en internet y me produjo una tremenda reflexión respecto al real significado de ser donante.

Como seres humanos solemos ver la enfermedad y el dolor como ajenos a unos; pocas veces pensamos que podemos eso nos puede ocurrir, y cuando ello sucede, recién tomamos conciencia de las dificultades que deben enfrentarse y mucho más cuando la propia vida depende de un gesto solidario del prójimo.

“Es necesario realizarle un trasplante”, esta es la noticia que al menos una familia recibe al día en nuestro país, realidad alarmante si consideramos que sólo 5,4 personas por millón de habitantes, dona sus órganos en Chile. Hoy, el 30% de aquellos que han renovado carnet, han declarado NO ser donantes.

Actualmente, la ley indica que cada persona mayor de 18 años, es donante, a menos de que al renovar su carnet o licencia de conducir, indique lo contrario. Bajo este escenario, hasta el 31 de julio de este año, 1 millón 604 mil 96 personas han declarado no ser donantes, lo que representa al 50% de esta población. Y la lista de pacientes en listas de espera, sigue aumentando.

“He vuelto a la vida”, esta es la frase mas recurrente y por supuesto la mas importante de una persona que ha sido trasplantada, los padres de Daniela González, cuyos  corazón y pulmones intentaron rescatar la vida de Trinidad Gelfenstein, justificaron su decisión con un mensaje que debe resonar día a día en nuestras mentes  “nos pusimos en el lugar de las otras personas y, cuando supimos lo de Trinidad, decidimos lo mejor para ella”. Pero el dato claro que marco la diferencia es que Daniela estaba inscrita como donante lo que permitió dar este paso tan importante, aún en medio de circunstancias tan dramáticas.

La mejor toma de conciencia es aquella que parte de la educación. Si desde la  infancia educamos a los niños en el camino de la solidaridad y les enseñamos que con un gesto generoso se puede prolongar la vida de otro, es muy posible hubiese muchos más donantes que los actuales.

Es necesario que comencemos a conversar estos temas al interior de las familias, tenemos esa misión, un nuevo y mejor país solo se construye con mejores ciudadanos dispuestos a “dar vida”,; como autoridades, políticos, periodistas, profesores, religiosos, artistas, deportistas o simples ciudadanos tenemos la responsabilidad social y la obligación moral de incitar a la esperanza, de fomentar la donación y ser donantes, de multiplicar la solidaridad, de entregar vida.

No pienses en la donación de órganos como ofrecer una parte de ti para que un desconocido pueda vivir, es en realidad un desconocido que dona todo su cuerpo para que una parte de ti pueda seguir viviendo.

SOY DONANTE Y MI FAMILIA LO SABE

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